Después de tantos percances al parecer llegaba el tiempo de disfrutar de la maravillosa sensacion de dar vida a dos seres, lo mas emocionante era sentir sus movimientos y los mas preocupante cuando pasaban horas y no daban ni una patadita. En esto se me pasaron los días. Que si se mueve que si no, que quiero galletas, helado, hamburguesa mmm que ricos antojos!!! mi esposo feliz de ver que por fin sonreía, aunque seguía en reposo y cada día mi barriga se hacia mas y mas grande por lo tanto yo mas y mas pesada, cada día podía estar menos sentada por el dolor en las costillas, cada día era mas difícil, pero era lo normal de un embarazo gemelar, y era eso precisamente lo que anhelábamos, normalidad.
Sin embargo no podía evitar que cuando se acercaba el día de la próxima consulta mi mente se llenara de preocupaciones, y ahora que me dirán? estarán creciendo bien? tendrán que adelantar el parto? esas y muchisimas mas preguntas me daban vueltas y vueltas en la cabeza la noche antes de la citación. Pero para nuestra fortuna mis niñas crecían muy bien y en cada ecografia todo eran buenas noticias. Ya cada una superaba los dos kilos. Aunque no pude vivir feliz todo mi embarazo estos días pagaron con creces cada lágrima, cada sufrimiento.
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